Ya están aquí. De nuevo, con el advenimiento al
poder de un nuevo partido político, la educación vuelve a convertirse en la
primera batalla a dilucidar. Y ahora le toca al PP, devolver a sus sectores
extremistas, los favores recibidos. Y claro, como ni el paro, ni la corrupción,
ni las energías renovables, ni la justicia son temas de importancia en este
país, nada mejor que desviar la atención
anunciando la desaparición de la Educación para la Ciudadanía. Todo un gesto.
Y es que sus votantes
necesitan gestos. Guiños a la ultraderecha, pues para ellos que se hable de
Derechos Humanos, es muy peligroso, pues los humanos podrían recuperar su
dignidad. Un gesto, el que necesitaba su querida madre Iglesia, la que les
alumbra el camino, a la que preocupa que algún día la igualdad entre mujeres y
hombres pueda ser una realidad.
Llevo 33 años en la
enseñanza. Y poco a poco, con conquistas, y con luchas he ido viendo como se
mejoraban las condiciones, como teníamos menos alumnos por clase y les
atendíamos mejor, como llegaban profesores de apoyo a cubrir las muchísimas
necesidades de los centros o como se le han ido arrancando a las distintas
administraciones nuevos centros educativos. Y tras tantos años de trabajo, y de
trabajos, estoy asistiendo como a pasos agigantados se está produciendo la
vuelta al pasado: cada vez importa menos que no llegue un sustituto. Da igual
que los niños no tengan clase, mientras estén recogidos y no se enteren los
padres. Da igual que pasen 30 años y apenas te cambien las sillas de los
alumnos. Total esto es la enseñanza pública, la enseñanza de los chiquillos que
trabajarán para que ustedes puedan seguir perteneciendo a otra clase. Se
amparan en la ideología que emanaba de la Educación para la Ciudadanía y nos
quieren hacer creer que su nueva asignatura eliminará todos los males que,
según ustedes padece la educación.
Pero no. No se lo vamos a
poner fácil. A los profesores nos han cambiado leyes, normativas, LOEs y LOGSEs
varias e incluso algunos pasamos por los post-franquistas Programas Renovados.
Y aquí seguimos y seguiremos porque hemos venido a servir y no a servirnos. Porque
cuando hemos visto en peligro a la educación pública la hemos defendido con
uñas y dientes. Por nosotros, pero sobre todo, por ellos.
Mientras tanto, a ustedes
les dará igual. Como pocas veces habrán pasado por nuestras escuelas no se
enteran de nuestras dificultades. A ustedes les bastará con desprestigiarnos y
desprestigiar a la educación pública, la que debe ser de todos y para todos. A ustedes lo que les preocupa es
abrir nuevas líneas de negocio, concertar con los amigos para que el dinero de
todos vaya al bolsillo de los que pagarán campañas y ayudarán a extender las
rancias ideas en las que apoyan sus programas.
No nos sigan aleccionando.
La formación de nuestro espíritu cree en la democracia, en la participación, en
la igualdad, en los derechos humanos, en la paz, por citar solo algunos de los derechos que ustedes
denostan. Y aquí estaremos, y aquí en la escuela, seguiremos defendiéndolos.