Abogados, arquitectos, barrenderos, policías, bomberos,
carteros, carniceros, médicos, electricistas, enfermeros, fotógrafos,
agricultores, mecánicos, estudiantes, maestros, taxistas, universitarios,
albañiles, camareros, carpinteros, cocineros, pescadores, guagüeros, peones,
periodistas, trabajadores de banca, amas de casa, niños, ancianos,
desahuciados,… Todos. Estaban todos en la calle. Todos llenaron las calles.
La justicia, la sanidad, la educación, los servicios
públicos, las escuelas infantiles, los funcionarios, jubilados, pensionistas,
los servicios sociales, los dependientes, el transporte, la policía,
trabajadores de la cultura y del deporte, la prensa, la radio, la televisión, …
Todos. Estaban todos en la calle. Todos llenaron las calles.
Una vez más la ciudad
de Las Palmas de Gran Canaria acogió una manifestación multitudinaria. Eran
cientos, miles, cerca de cien mil vuelven a decir algunos, un fleje de gente,
que de nuevo y cada vez más alto vuelve a mostrar su indignación y su hastío
ante tanto recorte promovido por el Partido Popular de Mariano Rajoy. Recortes “para
los de abajo”, recortes “para los mismos”. Como se dice por la zona, el personal
ya está “muy caliente” y no tanto por las altas temperaturas.
Esta vez también las organizaciones sindicales y sociales
convocantes volvieron a dar muestras de unidad y cumplieron con el objetivo de
abarrotar de nuevo las calles de la ciudad, en lo que se estima, según se anunciaba en los discursos finales, será el preludio de una huelga general en
septiembre.
Fue una manifestación llena de civismo, sí. Pero también de
rabia contenida. Como la que mostraban los Estudiantes Pre-Parados que se
mantienen encerrados en dependencias de la Universidad de Las Palmas desde el
pasado 22 de Mayo y que advertían que “esta sociedad no se puede permitir el
lujo de que solo puedan estudiar los hijos de los ricos” y apelaban a un “sistema público de enseñanza justo y
solidario”.
Especial carga emotiva tuvieron los discursos de los
representantes de la enseñanza de EA-Canarias y STEC-Intersindical Canaria que pidieron a los presentes un
profundo aplauso de respeto por “los más de 1200 profesores de enseñanza
secundaria” que en el día de hoy habían sido despedidos por el gobierno de
Coalición Canaria y PSOE.
Sí, esta vez también estaban todos. Esta vez también volvió
a resonar el grito que parece aunar voluntades, “el pueblo unido jamás será
vencido”. Esta vez también, el grito de
rabia e indignación que más éxito ha tenido en los últimos días volvió a unir a
la multitud: “que se jodan ellos”.
Una nueva huelga general en septiembre parece que será el
preludio de un otoño caliente, muy caliente…